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Domingo, 13 Mayo 2012 02:00

La mano amiga de las cofradías

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La antigua casa hermandad del Rocío acoge la sede de la Fundación Corinto, formada por hermandades de la capital · Cuenta con un economato social

En pleno barrio de la Victoria hay un lugar en el que la palabra ayuda se convierte en algo que va más allá de la cooperación. El apoyo se convierte en una filosofía de vida que reina bajo los muros de la antigua casa hermandad de la cofradía del Rocío, lugar donde hoy se levanta la Fundación Corinto. Esta institución benéfico-asistencial fue fundada por una veintena de cofradías con el ánimo de crear un economato social. Una entidad que se fundó a finales del mes de octubre y que a día de hoy atiende más de 200 familias.

 Amalia Gutiérrez es la gerente de esta fundación, responsabilidad que vive "con ilusión" y entrega pero a la vez siendo testigo de situaciones "muy duras". Según explica esta cofrade del Amor, el proyecto está pensado para ofrecer una ayuda puntual a los beneficiarios mientras esto consiguen mejorar y estabilizar su situación, pero la clave de la cuestión es que "hay mucha gente que está al filo de la pobreza" con lo que la actividad se tiene que intensificar. Aún así, la esperanza no se pierde. "Nos encantaría cerrar por falta de clientela. Con ese sueño abrimos", anhela Amalia.

Pero para ser beneficiario también hay que pasar un proceso. Los posibles beneficiarios se dirigen a las cofradías que están adscritas y se les realiza un informe socioeconómico basado en los ingresos y en los gastos, además del número de personas que compone el núcleo familiar. Una vez emitido el informe favorable a esa persona se le entrega el carnet. Estos documentos se expiden con una duración de tres a seis meses, pero si la familia es cuestión tuviera necesidad de renovarlo se llevaría a cabo otro informe suplementario.

Una vez que ya se ha concedido el alta, la cofradía que haya realizado el informe asigna un importe al mes dependiendo de la situación particular. Esta concesión le permite al usuario comprar en el economato donde se encuentran productos básicos de alimentación, droguería, higiene y aseo. Todo gracias a una empresa malagueña, hasta ahora es el único proveedor. A pesar de que se pueden encontrar más de 200 artículos, hay una norma básica y es que en las estanterías no se encuentra ni alcohol ni cosmética. El montante de la compra está sufragado de forma que tres partes corren a cuenta de la cofradía y una parte la paga usuario. "No les das, ellos eligen y luego tienen que poner una parte. Aunque es una obra de caridad tiene la particularidad de que pagan una parte", matiza Amalia que además añade que "se nota que las cofradías se mueven por sacar esto adelante. Cuando se acaba el presupuesto se empiezan a inventar fórmulas nuevas como cenas benéficas o conseguir padrinos".

Cada una de las numerosas personas que guardan cola para poder adquirir sus productos esconden su propia historia de supervivencia para unos, mala suerte para otros o la oportunidad de agarrarse a un clavo ardiendo para poder seguir adelante. Amalia puntualiza que "no hay ningún perfil social definido pero muchos son de nueva pobreza". Incluso, algunos de los usuarios, según explican desde la administración, consideran su situación como una "humillación". No es el caso de Ana María, una de las beneficiarias que cree cuando una persona piensa así es que "peca de orgullo". "Estando vivo te puede pasar cualquier cosa y esto es una gran ayuda", confiesa esta joven divorciada y con dos hijos que cuando no podía afrontar los gastos y las deudas recurrió a Corinto porque "si tus hijos te piden cosas y no se las puedes dar, es muy duro".

Una historia parecida vivió Conchi, madre soltera con tres hijos que perdió su trabajo como limpiadora y se encontró en paro y sin ninguna ayuda. Para ella el poder ser beneficiaria del economato "no es ninguna vergüenza, vergüenza sería robar". Aunque también ha habido casos que han sucedido al contrario. Cuenta el personal responsable que escasos días después de la apertura del economato una chica que esperaba en la cola recibió una llamada telefónica en la que le ofrecieron un trabajo. A los pocos días devolvió su carné de beneficiaria.

2012-05-25Para mantener toda esta maquinaria benéfica en funcionamiento es necesario unos engranajes, que en Corinto se plasman es la figura de los voluntarios, que ya se cuentan en un número que ronda la centena. Isabel García y Dolores García son dos de estas personas que decidieron poner su granito de arena en forma de voluntariado. "Al principio todos los usuarios venían muy desorientados, ahora incluso traen ellos su propia calculadora para comprar", dice la primera de ellas. Para Dolores esta dedicación "es una satisfacción". "Antes era muy duro pero ahora las tardes se hacen cortas", declara ilusionada.

La tramitación del voluntariado se hace siempre desde la Vocalía de Caridad de las hermandades adscritas, pero aquí pueden darse varios casos. Si el interesado pertenece a una hermandad de la Fundación sólo tiene que ponerse en contacto con el personal competente de su cofradía. Si se pertenece a una hermandad que no pertenezca o no es hermano de ninguna, el proceso se realiza a través de la coordinadora de voluntarios. A través de ella se vincula a la persona en cuestión a una hermandad adscrita que se elige en función del número de voluntarios que ya tenga. Para evitar esta situación los estatutos de la fundación recogen que "no es indispensable pero sí deseable la pertenencia a una cofradía de aquellos que deseen ser voluntarios en el economato. "Ser voluntario es un compromiso serio porque en el momento que dices sí ya sabes que hay una persona que depende de ti. Esto es algo que nació con vocación de permanencia", es lo que afirma Pedro Merino responsable de las relaciones con las cofradías.

 

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Fundación Corinto

Fundación Benéfico Asistencial Corinto