Como las historias de todos los valientes, se ofreció a todo sin saber qué le darían ni en qué trabajaría pero ahora está especializado en Control de Acceso, recibiendo a las personas y usuarios, atendiéndolas en ese primer trago amargo de llegar y pedir ayuda, antes de que puedan acceder a la sala de compras.

Darío dice rotundamente que ha visto ‘de todo’ entre las personas que acuden al economato: desde distintas nacionalidades, a distinto nivel social, o personas que no esperas encontrar en este sitio pero que por circunstancias de la vida se encuentran ahora con la necesidad de visitar la Fundación.

ALGO NECESARIO

Para este voluntario, la iniciativa del economato social creado por las Hermandades no sólo es una idea ‘fantástica’, sino que considera que es necesario y que se podía haber hecho mucho antes como parte fundamental que deben incluir las cofradías. Por tanto, participar en esta actividad no nace de una casualidad, y afirma con la boca llena que le mueve la fe, su fe, y como la fe no se razona, que se siente, añade ‘porque debe ser así’, como algo incuestionable.

A la hora de valorar qué le aporta este trabajo, es el único momento de toda la entrevista en que se hace un pequeño lío, no sabe definirlo. Confirma que va sin pensar en sí mismo, que su idea es ir sólo para ayudar, pero que allí, donde va a ofrecer sus manos, y por qué no decirlo, su corazón, recibe mucho más de lo que ofrece. Las vivencias con los usuarios y compañeros, el trato, conocer a las personas y sus circunstancias son sin duda las pautas que marcan la auténtica valoración de las cosas que se poseen y de lo que verdaderamente tiene importancia en esta vida.

Darío invita, desde su trabajo (y la que suscribe añade, ejemplo), a todos los que se estén planteando convertirse en voluntarios, que ante la más mínima duda no hay que pensar nada, sólo ir y ofrecerse. Como los valientes, con un paso al frente. Entre otras cosas porque allí aprenderemos muchísimo, no nos quedaremos encerrados en nuestro propio círculo, conoceremos a otras personas que también son valientes voluntarios y por supuesto, conocerás al prójimo que necesita una mano, una palabra, o simplemente una mirada. El único requisito es… la voluntad.

Darío, el valiente voluntario, está agradecido de haber encontrado este camino. Darío podrías ser tú, o yo, o mejor, nosotros. Darío no es un tipo raro, pero sí alguien, que como muchos otros ha adquirido un compromiso, un compromiso que solo le reporta bienes espirituales y eso perdonadme ¡Es ser valiente! Todos tenemos un don, en nuestras manos está que lo multipliquemos o lo dejemos languidecer. ¿Vas a dejar morir el tuyo?

DATOS

La Fundación Corinto aúna la labor de 24 cofradías y hermandades de Málaga en pro de los más necesitados. El economato, en calle Amargura, ofrece la posibilidad a las familias con pocos recursos de adquirir a bajo coste productos de primera necesidad.

Los socios colaboradores ayudan económicamente a la creación de carnés que, por medio de las cofradías, son distribuidos entre los solicitantes.

En su gestión diaria trabajan, como Darío, decenas de voluntarios y voluntarias.