« No se trata de que vosotros paséis estrecheces
para que otros vivan holgadamente;
se trata de que haya igualdad para todos. »
2 Corintios § 8:13

Viernes, 22 Febrero 2013 04:17

Un supermercado repleto de solidaridad

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Voluntarias en las cajas atendiendo a varios usuarios. Voluntarias en las cajas atendiendo a varios usuarios. Territorio Málaga

Es un jueves más para muchas familias del centro de Málaga. Para otras, esas que han sido sacudidas por esta interminable crisis económica, está marcado en rojo en el calendario. Son las que se arremolinan a las seis de la tarde a las puertas del número 2 de la calle Amargura en pleno barrio de La Victoria con un carro de la compra vacío. Aguardan a que se abran las puertas del local y poder llenarlo con ayuda de casi una treintena de cofradías malagueñas. Dentro, voluntarios esperan para guiarles en un ‘supermercado’ muy especial.

En 2011 la crisis ya arreciaba fuerte en Málaga y, particularmente, en el centro. 22 de cada 100 personas ya vivían por debajo del umbral de la pobreza en esta zona y la tormenta no dejaba de arreciar. La Cofradía del Amor lideró la iniciativa y, tras contactar con varias más, citó a media decena de hermandades con las que se diseñó lo que hoy es el economato social de la Fundación Corinto. Una suerte de ‘súper’ en el que llenar un carro de la compra puede salir por menos de 15 euros.

Y, ¿cómo se consigue todo eso? Muy sencillo, y muy difícil a la vez: “Nosotros no damos de comer, sino que ayudamos a las familias a que hagan su compra”. Son las palabras de Amalia Gutiérrez, gerente de la fundación, que explica la clave: mientras la familia que accede a la ayuda sólo paga el 25 % del precio de coste de los productos, las cofradías aportan el resto. El resultado es que el suplicio de hacer los números para llenar esa cesta se alivia, aunque sea de manera temporal.

“Nosotros no damos de comer, sino que ayudamos a las familias a que hagan su compra”

El funcionamiento ya es conocido por muchos: las vocalías de caridad de las cofradías participantes estudian caso por caso las familias que acuden reclamando ayuda. Tras un análisis social y económico, se le entrega un carné con una asignación mensual que dependerá de las necesidades concretas. Ese dinero deberá repartirlo durante las cuatro semanas, acudiendo a comprar las veces que estime oportunas (el local abre dos horas por la tarde tanto martes como jueves). En principio, esta ayuda se había planificado con un periodo máximo de seis meses, aunque existe la posibilidad de renovarlo porque “tal y como está la situación es muy difícil que la situación de las familias vaya a cambiar en tan poco tiempo”.

Evolución de la iniciativa

Fue el 25 de octubre de 2011 cuando la fundación abrió las puertas por primera vez. Nueve familias estrenaron unas instalaciones por las que hoy ya pasan más de 400, gracias a la labor de 25 cofradías (de las 39 que hay agrupadas en la capital). En este tiempo, el perfil de los que acuden todas las semanas no ha cambiado. “Hay muchas familias castigadas por la crisis que hace dos o tres años tenían una situación saneada y empleos buenos y ahora están muy necesitados”, explica Amalia.

Desde esos primeros pasos hace ya año y medio, la iniciativa no ha dejado de crecer. En este tiempo se ha ayudado a llenar más de 1.200 carros de la compra a familias malagueñas gracias, también, a la labor de los voluntarios. Hoy más de 180 miembros de las cofradías arriman el hombro para que el proyecto siga creciendo y la cadena no se rompa. Al igual que el resto de la fundación, mantienen un nivel de trabajo importante. “Se tiene que coordinar muchas cosas: el buen funcionamiento de todas las cofradías, un trabajo de administración grande, los expedientes, el almacén, las compras…”, recuerda la gerente.

"Hay gente que piensa sólo en el economato invirtiendo horas y horas de trabajo; es lo que más agradecemos del proyecto, la generosidad y el ambiente de los cofrades"

Ese trabajo de los voluntarios es para Adela, su coordinadora, lo más gratificante de esta experiencia. “Es de lo más bonito del proyecto: hay gente que piensa sólo en el economato invirtiendo horas y horas de trabajo; es lo que más agradecemos del proyecto, la generosidad y solidaridad y el ambiente de los cofrades”.

Y después…

Este es un proyecto que nació con la crisis. Ahora, un año y medio después, se mira al futuro pensando que la necesidad seguirá ahí un tiempo más. Por eso, cuando a Amalia se le pregunta por el futuro, ella habla de consolidar el proyecto y también de planes para reubicar la sede del economato en otro lugar del distrito, pues la ofrecida por la Hermandad del Rocío en calle Amargura se ha quedado pequeña para las necesidades actuales.

Mientras en la planta de arriba del número 2 de calle Amargura se engrasa la maquinaria para que el proyecto siga su marcha, abajo las estanterías repletas de comida se vacían poco a poco. Es el final de otro jueves más en el que muchas familias pudieron respirar aliviadas mientras empujan su carro lleno esperando a que esta maldita crisis económica desaparezca, al igual que los días en rojo en su calendario.

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